Elige un lugar tranquilo y cómodo para meditar. Puede ser tu habitación, tu sala, tu jardín o cualquier espacio donde te sientas a gusto y no te molesten. Asegúrate de que haya una buena ventilación, una temperatura agradable y una iluminación suave. Puedes poner música relajante, incienso o velas si te ayudan a crear un ambiente propicio.

Elige una postura adecuada para meditar. Puede ser sentado en una silla, en el suelo, en un cojín o en un banco de meditación. Lo importante es que mantengas la espalda recta, pero sin tensión, y que apoyes bien los pies en el suelo o las piernas cruzadas. También puedes meditar tumbado en una cama o en una esterilla, siempre que no te quedes dormido.

Elige un método de meditación que te guste y te funcione. Hay muchos tipos de meditación, como la meditación con la respiración, con un mantra, con una imagen, con un objeto, con una sensación, etc. Lo importante es que elijas algo que te ayude a concentrarte y a calmar tu mente.

visita la sección meditación en la que encontraras algunas técnicas de respiración.

Practica la meditación con regularidad y paciencia. Lo ideal es que medites todos los días, aunque sea unos minutos. Puedes empezar con 5 o 10 minutos e ir aumentando el tiempo según tu capacidad y disponibilidad. No te desanimes si al principio te cuesta concentrarte o si te distraes con pensamientos o ruidos. Es normal y forma parte del proceso de aprendizaje. Lo importante es que vuelvas a tu objeto de meditación cada vez que te des cuenta de que te has distraído.